El increíble cambio de esta vivienda te va a sorprender. El piso era antiguo, muy compartimentado, con materiales viejos y obsoletos, las carpinterías eran de madera oscura y, aunque se trataba de un piso alto, la sensación general era de ambiente poco luminoso y más pequeño de lo que realmente era.
ANTES: El salón era un espacio independiente. El suelo y el mueble oscuros restaban luminosidad y creaban una atmósfera oscura a pesar de tratarse en un piso con altura. Detalles como el papel de pared, apliques o la chimenea, daban un aire pasado de moda.
DESPUÉS: Se creó un espacio abierto que engloba salón-cocina-comedor aportando mayor amplitud. Se levantaron los techos dejando las vigas de hormigón vistas para ganar altura y la pared blanca y los acabados en madera aportan calidez y luminosidad.
ANTES: El pasillo era un espacio desaprovechado y transmitía una sensación anticuada y lúgubre. Era un simple lugar de paso con una iluminación nada apropiada.
DESPUÉS: El nuevo pasillo destaca por haber integrado una mesa de estudio con un revestimiento en roble y una iluminación adecuada, lo que aporta calidez y originalidad. Lo que era un lugar de paso se ha convertido en un espacio útil.
ANTES: La cocina se encontraba en el centro del piso en una estancia separada del resto. Es evidente que era muy vieja y necesitaba una reforma urgente.
DESPUÉS: Al trasladar la cocina a la zona común de salón-cocina-comedor, en este espacio se ubicó el dormitorio infantil. Los acabados siguen la misma línea estética que el resto de la vivienda: vigas vistas, pared blanca, revestimientos madera y una iluminación adecuada.
